viernes, 9 de noviembre de 2007

LA ALFABETIZACIÓN DIGITAL: EL RETO EDUCATIVO.

Hemos mencionado anteriormente que estos cambios producidos en nuestra sociedad, están afectando directamente al ámbito educativo. Por ello, es en este contexto donde debemos atender mayoritariamente el proceso de alfabetización digital que exigimos poner en marcha. Algunos autores con Marqués (2000) aluden entre las competencias que debemos adquirir para ser ciudadanos alfabetizados en TIC las siguientes:
*Conocimiento básico del sistema informático: elementos del hardware, tipos de software, redes, etc.
*Gestión básica del equipo: administración de archivos y carpetas, antivirus, etc.
*Uso del procesador de textos.
*Navegación en Internet: búsqueda y selección de información, telegestiones, etc.
*Uso del correo electrónico.
*Creación, captura y tratamiento de imagen digital.
*Elaboración de documentos multimedia.
*Conocimiento básico de la hoja de cálculo y las bases de datos.

Sin embargo, además de la necesidad de adquirir competencias tecnológicas, la alfabetización digital persigue asumir competencias extensibles a otras aptitudes más amplias, no se trata únicamente de una transformación en el campo tecnológico sino en todos los niveles, pues tal como menciona Escudero (2004) "los puentes a construir serían poco sólidos en el caso de apoyarse sólo en una de las orillas" (p. 31). La alfabetización digital no pretende formar exclusivamente hacia el correcto uso de las distintas tecnologías. Se trata de que proporcionemos competencias dirigidas hacia las habilidades comunicativas, sentido crítico, mayores cotas de participación, capacidad de análisis de la información a la que accede el individuo, etc. En definitiva, nos referimos a la posibilidad de interpretar la información, valorarla y ser capaz de crear sus propios mensajes.

No obstante, podemos establecer algunos matices en la tarea de alfabetizar a los individuos pues, en unos casos la alfabetización digital puede estar más dirigida a las competencias tecnológicas y en otros casos a otro tipo de competencias y habilidades. Pues tal como indica Renau (2005) entre la gente mayor el interés por reducir la brecha digital pasa, por un lado, por aportar destrezas y conocimientos en informática y el uso de los lenguajes y equipos multimedia. Y por otro, en crear contenidos educativos tan útiles como amigables. Pero entre los niños y jóvenes en general, la tecnología no es el obstáculo que distancia a los "competentes digitales o multimedia" de los que no lo son. Sólo hacen falta observar a un niño de 7 años jugando a la famosa "Play Station" para convencernos que el problema no está en el uso de los artilugios de componente informática.

Es obvio que los jóvenes dominan el uso de las TIC pero se encuentran perdidos a la hora de analizar la información que les ofrecen para transformarla en conocimiento, pues requieren de nuevas destrezas para discernir y rechazar aquella información que no les interesa de la que realmente les resulta beneficiosa. En este sentido Renau añade que los medios de comunicación actuales (televisión, radio y prensa) y, con seguridad, los que van llegando a través de Internet, se han convertido en un elemento fundamental de estructuración de la sociedad actual, tan relevante como la familia o la escuela. Si estos medios de comunicación libres no siguen una lógica educativa en la mayoría de casos, la alfabetización digital pasa también por aportar a sus usuarios una actitud crítica ante unos emisores irresponsables en muchas ocasiones (2005).

La actitud crítica que debe fomentar la alfabetización digital pasa por adquirir un pensamiento que les permita determinar qué información puede pasar a formar parte de los contenidos a través de los cuales llegar al aprendizaje y qué información no. Este aspecto es fundamental pero supone una ruptura con actitudes anteriores pues, hasta el momento al individuo se le había privado de esta actividad. Se le proporcionaban los contenidos que debía observar, asumir o estudiar sin que cupiera la posibilidad de reflexionar ante ellos. Tal como hace referencia López (2005) esta nueva alfabetización eliminará la marginación de las personas que no tienen acceso a las nuevas redes informativas, pero debe eliminar también la marginación de quien no entiende lo que lee ni selecciona lo que sirve. El sentido crítico que se debe transmitir es irreemplazable, los jóvenes se comunican menos entre sí, porque el móvil y el walkman actúan como intermediarios empobreciendo la comunicación.

La cuestión de la alfabetización digital presenta tradicionalmente dos dimensiones diferentes: una relativa al conocimiento, aprendizaje y manejo de nuevas herramientas tecnológicas que exigía el desarrollo acelerado de las TIC's, otra referida al análisis de los nuevos lenguajes y al estudio de las estrategias de razonamiento y de los procesos cognitivos asociados al manejo de programas informáticos, etc. Sin embargo, existe una tercera dimensión que concierne directamente a la temática de la alfabetización digital: nos referimos a la presentación del "yo". Las TIC's han implementado nuevas maneras de interactuar y han supuesto la llegada de rituales de presentación del interlocutor que rompen con los esquemas clásicos de la interacción cara-a-cara.

Respecto al tipo de interacción que los jóvenes tengan con el ordenador a la hora de acceder a los recursos que ofrece la red, observamos que estará condicionada por el análisis crítico que sea capaz de realizar el individuo de los contenidos mostrados. En palabras de Bawden (2002) la interacción va más allá del manejo de artefactos o el aprendizaje de nuevos lenguajes, pues se trata de reinterpretar la realidad social. No sólo debes adquirir la habilidad de encontrar las cosas, sino que además tienes que adquirir la habilidad para utilizar estas cosas en tu vida. Otro aspecto fundamental es una valoración de la doble naturaleza de Internet, que permite al usuario comunicarse, difundir y publicar, además de acceder a la información.

A menudo y en momentos no muy lejanos en el tiempo, hemos interpretado la alfabetización digital como aquel tipo de formación en competencias tecnológicas. Sin embargo, debemos de ser conscientes que en un futuro inminente aquellos niños y jóvenes que queramos alfabetizar, tendrá adquiridas todo tipo de competencias tecnológicas y por tanto, el tipo de alfabetización digital que concebíamos hasta ahora no tendrá sentido. Es por ello, por lo que ya hablamos de una reinterpretación del concepto de alfabetización digital.

Drukcker (2005) indica que los niños y jóvenes hoy en día han poseído las competencias en las tecnologías desde bien pequeños y poseen más habilidades en el manejo de los ordenadores, añadiendo que "cuando esta generación crezca y pase a ocupar nuestros puestos, no tendrá que hablar sobre alfabetización del ordenador, así como nosotros ya no tenemos que hablar de perderle el miedo al teléfono" (p.44).

En términos generales, "la alfabetización digital, en lo referido a Internet y las nuevas redes, no queda en la capacidad de acceso (intelectual, técnico y económico), sino que ha de capacitar para trabajar y mejorar el nuevo entorno, para hacer un uso responsable de la red y contribuir a democratizar el ciberespacio" (Gutiérrez, 2003:29). En este sentido, parece lógico justificar que la alfabetización digital y el desarrollo y puesta en práctica de innovaciones metodológica en educación están estrechamente relacionados en el nuevo contexto formativo que estamos generando. Un contexto educativo en el que "los profesores y alumnos requieren una nueva alfabetización en tecnologías de la Información y Comunicaciones (ATIC) para poder adquirir nuevas habilidades que le permitan incorporarse a su medio social sin déficits formativos. Para esta transformación, la incorporación de la Competencia en el Manejo de la Información (CMI) es una respuesta obligada a las nuevas formas de generar, crear y acumular conocimiento, basado en la investigación y la docencia". (López, 2005).

Introduccion

El continuo desarrollo tecnológico que acontece en la actualidad provoca transformaciones en diferentes contextos sociales. Principalmente el educativo, provocando la necesidad de modificar algunas facetas de la vida, concretamente, el modo de educar y de aprender. El artículo pretende poner de manifiesto el papel fundamental que adquiere la alfabetización en tecnología digital.